sábado, 22 de octubre de 2011

Enseñar límites, no imponerlos

Mi mamá se sorprende del amor "desbordado" que tengo por mis hijos y veo cómo su mente abre los ojos tratando de encontrar la razón. "Debe ser que yo no he tenido hijos varones y la experiencia es diferente" suele decirme, o debe ser que nuestra forma de sentir y nosotras mismas somos distintas, pienso yo. Como consecuencia, sus palabras siguientes, señalan con un dedo acusador: "Ese amor que sientes, no te das cuenta, pero los consientes e engríes demasiado". Y sé dentro de mí que, como siempre, mi mamá tiene (en parte) razón.

Antes de tener hijos pensaba que era básico imponerles límites, no sabía exactamente por qué, solo asumía que si conmigo habían funcionado bien, debía ser lo correcto. Pero, lo cierto es que la maternidad tomó por asalto muchas de mis convicciones y el amor por mis bebes me desarmó. Y, como dice mi mamá, sin darme cuenta, dejé pasar muchas cosas. Errónamente confundí enseñar límites con desamor, en vez de entender que es una expresión de amor hacia nuestros hijos.

Y sí pues, tan evidente como que el amor no es solo abrazar, besar, jugar y compartir con nuestros hijos, sino ayudarlos a comprender qué situaciones pueden ser peligrosas, qué comportamientos no son adecuados; enseñarles a traducir el mundo que observan y que tan ansiosos están por explorar, con sus pro y sus contras.

Si a todo lo anterior, se le suma el tener hijos inquietos y desafiantes, el reto y la exigencia de enseñar límites con amor es mucho mayor. La paciencia se pondrá al límite y el ser constantes será realmente una tarea permanente. Pero yo creo que funciona. He comprobado lo que me parecía una cuestión poco amigable, que los límites dan estabilidad y seguridad emocional a los niños.

La clave, creo, es no perder de vista el amor. No imponer, enseñar y, sobretodo, explicar.
Las frases "porque lo digo yo", "porque soy tu madre", "porque me da la gana", no solo me parecen una falta de respeto al hijo sino la peor forma de pretender que aprendan algo. Está comprobado que para que alguien recuerde algo debe tener sentido, así al enseñar algo a un niño hay que relacionarlo con lo que vive, lo que le rodea, lo que le interesa. Decirlo con voz firme, que no es lo mismo que gritar, para llamar su atención sobre lo que se está diciendo y mantener la calma. Les aseguro que no es una tarea fácil y puede llegar a ser agotadora, pero los resultados hablarán por sí solos.





6 comentarios:

  1. Yo con mi hijo estoy en una etapa defiiiiicil de limites. Anda pasando por los "terribles dos" jeje como le llaman. Concuerdo en que hay que explicar y acordar, mas que ordenar. Pero cuesta mucho. Sobre todo porque Coco, con sus 26 meses, entiende perfectamente las palabras que le estoy diciendo, pero por supesto no comprende mi logica ni el porque se las digo, si el sólo quiere jugar, aunque este parado haciendo malabaras en la punta de la mesa.

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  2. Hola, Mica. Gracias por visitar y comentar :) Es cierto, los dos años son una etapa difícil por lo mismo que ellos están definiendo su autonomía y exigiendo más independencia. La crianza respetuosa, sin duda, es más agotadora por lo que exige mayor control emocional de nosotras también ;) Ten paciencia y persiste y piensa que esta etapa también pasará. Disfrútalo y alaba sus logros cuando los consiga :)Beso!

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  3. Ay los limites....es difícil. A veces nuestros propios hijos nos hacen sentir "malucas" cuando les poneos un limite de repente al tiempo de juego, o cuando simplemente decimos que es hora de ir a dormir.
    Lo que yo he hecho con mi hijo, sin saber si esta bien o no, es explicarle todo, le explico desde por que tiene que recoger el papel que tiro al suelo hasta porque tiene que saludar a sus abuelos. Me va funcionando, es lento, pero ahí vamos. Hay cosas que simplemente parecen no convencerle, pero como dices tu, contestarles con un "por que yo digo" no es la solución. Poco a poco ellos van aprendiendo a vivir en sociedad, con base, no por obligación.

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  4. Hola Faith: Lo que haces, personalmente, creo que es lo mejor. Incluso, te cuento, que es lo que recomiendan en el colegio de mi hijo. í que cuesta y es difícil, pero qué rico que se siente también cuando vemos sus logros y aprendizajes. Un beso.

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  5. Oli,
    Me encanta la distinción que haces entre ser firme y ser autoritaria. El amor y el respeto,marcan la diferencia y ahí está para mi la clave ;-)
    Abrazos contención

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  6. Magia: Gracias por visitarme y leerme. 100% de acuerdo :) Beso!

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